Desde “el inicio de los tiempos”, las campañas tienden a caer en la tentación de suponer que solo se trata de repetir incansablemente la palabra mágica –en este caso “APRUEBO”- como si se tratara de una competencia de barras. No es así, lo sabemos, y por eso es clave actuar en consecuencia.
¿Qué te sugerimos?
Más allá del placer que genera el cúmulo de creatividad gráfica desplegada, con mil y un imágenes, logos, stikers y otros formatos que dirán “Apruebo”, la campaña se ganará sólo si somos capaces de abrir muchos diálogos con personas distintas, que aún no están convencidos de votar apruebo el 4 de septiembre y desde sus propias legítimas inquietudes, temores y anhelos, argumentar para sumar adhesiones. No subestimar a nadie, cada día hay muchos momentos para abrir una conversación y sumar un apoyo al Apruebo.